Rafael Sánchez-Agustino Rodríguez

Maestro especialista en Educación Musical y Primaria, es director en el CEIP A Lama, en A Lama, Pontevedra, desde el curso 2015/2016. Desde el proyecto de Biblioteca Escolar impulsa anualmente proyectos de Alfabetización Mediática e Informacional, que toman como temática la propuesta anual de Voz Natura. En estos 22 años de dedicación a la docencia ha cosechando distintos premios y reconocimientos de innovación en distintos ámbitos: Premios y Sellos del Ministerio de Educación, Voz Natura, Espiral – Fundación Telefónica, OUFF Escola, “Nós tamén creamos”…



¿Nos cuentas una experiencia/proyecto/iniciativa que te influyó especialmente para innovar en tu forma de educar?

Creo que una de las cosas que más me influyó en mi forma de educar es el espejo en que siempre me he mirado. Mi familia está plagada de docentes (padres, tíos, hermanas, primos… y por supuesto mi mujer), entregados a sus alumnos desde distintos ámbitos: la educación primaria, la secundaria, la atención a la diversidad… y siempre he visto que no le escatimaban un minuto a la escuela; no enterraban ninguno de sus talentos para “no complicarse la vida”, y los ponían al servicio del alumnado y de la comunidad educativa. He visto la emoción de los logros obtenidos y el afán de superación para conseguir lo mejor que se les pudiera brindar.

¿Nos cuentas una anécdota?

Hace 7 años, en mis primeros meses como director, sufrimos un robo con acto vandálico en el colegio. Llevábamos varios años con unas iniciativas muy potentes que habían sido reconocidas con distintos programas de innovación educativa, como puede ser el Plan de Mejora de las Bibliotecas Escolares de Galicia (PLAMBE), y con el 1er Premio en el Concurso Nacional de Buenas Prácticas del Ministerio de Educación. La implicación de las familias fue increíble y consiguieron reponer todo lo perdido y aún mejorar lo existente (que era mucho). Pero lo que más me impactó fue la preocupación del alumnado. “¿Se salvó la Biblioteca, profe? ¿Se salvó la Biblioteca?” Era la gran preocupación de los niños. Y no, no se había salvado. Comprender que sentían que la escuela era tan suya como su propia casa fue uno de los mejores regalos que nos devolvió este desastre. Después vinieron las campañas solidarias de las familias para recaudar fondos, los rastros solidarios, la Master Class… y pudimos comprobar que estamos rodeados de grandísimas personas.

¿Una reflexión/cita/idea/persona inspiradora?

Pienso firmemente en que lo que debemos conseguir los maestros es generar emoción en nuestros alumnos. Lo que me emociona queda grabado a fuego, permanece en mi memoria e influye en mi crecimiento personal con una fuerza imparable. Aprender es una carrera de fondo. No llega con aprender un día, un año, durante una etapa educativa… Debemos prepararnos para un aprendizaje constante en la vida y no rendirnos ante nada. Nada es imposible. Puede ser difícil, pero no imposible. 

¿Una sugerencia a las personas educadoras para innovar en educación?

Creo que debemos escapar del conformismo, de lo acomodaticio. Estamos trabajando para el futuro y de nuestro trabajo va a depender que los ciudadanos del mañana conformen una sociedad mejor, más justa, más sostenible, con igualdad de oportunidades… No tengas miedo al fracaso. No todos los proyectos salen como esperas. Haz equipo con otros docentes. Las ideas compartidas se enriquecen y se llenan de matices. Observa a los que te preceden; aprende de sus aciertos y de sus errores. Y por último: ¡Disfruta con tu trabajo! Es la profesión más bonita del mundo.