El dióxido de carbono (CO2) ha aumentado en los últimos cuatro años tanto como cuando la Tierra pasó del periodo glaciar al actual interglaciar, una transición que duró entre 100 y 200 años. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha indicado que se ha llegado a una concentración de CO2 de 410 partes por millón, con respecto a las 400 partes por millón registradas en 2015. Este gas se mantiene durante cientos de años en la atmósfera y más tiempo en los océanos ¿Realmente el dióxido de carbono atmosférico se difunde en el agua?
La forma más adecuada de probar, frente a nuestro alumnado, nuestra teoría es mediante un experimento y si ese experimento es corto, miel sobre hojuelas. En este caso, se trata de un modelo de pequeño océano dentro de un vaso con agua al que se le ha añadido un indicador ácido-base, el aire que queda en la parte superior del vaso actúa como atmósfera. Si a nuestra atmósfera le añadimos dióxido de carbono, podemos observar si el color de nuestro «océano» varia.
El dióxido de carbono se disuelve en el agua, lo cual hace que ésta se haga más ácida. La acidificación de los océanos puede provocar un cambio severo en la estructura de las conchas de carbonato cálcico de moluscos, equinodermos o crustáceos.
Es una actividad del programa educativo DIXIT del Espacio Abalar de la Xunta de Galicia.