Profesor del IES de Arzúa
Carlos es ingeniero de montes y profesor de la rama agraria. Nos cuenta que a lo largo de su carrera ha tenido el privilegio de combinar su pasión por la ingeniería y la educación con un fuerte compromiso medioambiental. Su formación como ingeniero en mecanización agraria y como técnico superior en gestión de recursos naturales le ha permitido colaborar en proyectos medioambientales y orientar su formación hacia la sostenibilidad en mi labor como docente. Esta combinación de experiencia en ingeniería, educación y protección del entorno natural define su trayectoria profesional y refleja su compromiso con un futuro sostenible.
¿Nos cuentas una experiencia/proyecto/iniciativa que te influyó especialmente para innovar en tu forma de educar?
Desde que mis hijos empezaron a estudiar tuve la suerte de que fuese en el CPR Cervantes de Lugo. Ese grupo de profesores, Tere, Alberto, Gonzalo, Juan, fueron los precursores de mi colaboración con el centro en diversas actividades del proyecto Voz Natura. Ver trabajar a este grupo de docentes fue como si una chispa se despertase en mí. Yo creo que ahí fue cuando comprendí la versatilidad del sistema educativo, cómo alumnos de más de 18 años pueden trabajar con alumnos de 5 años y dejarse ayudar por alumnado de edades intermedias, trabajando todos a una.
Siempre tuve ganas de trabajar en el proyecto Voz Natura, pero hasta que no estuve en mi destino definitivo no me atreví (Gonzalo me insistió muchas veces). Cuando por fin estuve en el IES de Arzúa fue cuando, con la colaboración de casi todo el centro, empezamos a trabajar juntos. Plantear una idea y ver como el alumnado es capaz de moldearla, ver como todos los profes somos capaces de generar un torbellino de ideas y llevarlas a diversas áreas, módulos y materias, y ver como el proyecto crece y evoluciona. Araceli, Alicia, Laura, Natalia, Charo, Roberto, Teresa, Mónica, Marina, Gonzalo,…. Podría continuar hasta citar todo el profesorado, son pilares fundamentales de nuestro centro, son profes innovadores, son profes distintos.
¿Nos cuentas una anécdota?
Siempre recordaré a mis alumnos de 1º de Ciclo Superior de Xestión Forestal e do Medio Natural yendo nerviosos a recibir a los alumnos del Cervantes para hacer una ruta guiada, donde los mayores son monitores de los pequeños. Oír cómo me dicen “profe, tengo miedo, no sé si lo haremos bien”. Un vez pasan 6 horas y los chicos interactúan con los pequeños, ves cómo se convierten, como se transforman y como se relajan. He visto alumnos jugando al escondite, otros durmiendo la siesta en la hierba y otros jugando al fútbol, y siempre con esos pequeños de los que tenían tanto miedo. Lo que aprenden, y como les echan de menos al día siguiente y en las siguientes semanas, los convierte en nosotros, les trasmite nuestros sentimientos y nuestros anhelos.
Un factor que nos ayuda es cuando escuchas al alumnado, cuando bajas a su nivel, cuando ves las carencias que tienen y cómo puedes intentar ayudarles; es cuando ves que florecen. Nosotros no somos sus colegas, somos sus profesores. Si dejamos claras las posturas y vamos trabajando con ellos, es cuando los ves progresar, crecer, abrirse. Debemos tener en cuenta que pasamos muchas horas con ellos/as y que muchas veces lo único que necesitan es ser escuchados. A partir de ahí fluimos juntos. Hay veces que cuando un curso se acaba un pedazo de mí se va con ellos, y durante días sientes pena, no por verlos volar, sino porque no van a estar más en tu clase.
¿Una reflexión/cita/idea/persona inspiradora?
Innovar no sólo es hacer mil cosas, innovar en esta sociedad es escuchar. Mil veces es preferible “perder” una clase escuchando para ganar 3 más rápidas y claras. Entender lo que pasa en esas cabecitas; muchas veces necesitan sólo a alguien que los escuche y que los entienda, y eso es también innovar. En este tiempo de prisas pararse un rato con tus alumnos te ayudará a conseguir maravillas. Tú confías, yo confío.
Para mí una persona inspiradora no sólo se centraliza en una única persona, se centraliza en un grupo que hacen un todo. José Ramón, Elías, Cancio, Meiriño, Fernando V., fueron mis profesores inspiradores, fueron mis innovadores, en una época donde salirse de lo académico no estaba bien, donde el libro y los apuntes mandaban, donde la clase magistral era el día a día. Estos profes fueron mis pilares, cada uno a su manera, cada uno aportando un poco que realizó de un estudiante una marca que ha ido cambiando a lo largo de los años y ha ido creciendo. Profesores que luego se convirtieron en compañeros de profesión y que han continuado sembrando esas semillas en cada uno de los estudiantes que han pasado por sus manos. Ojalá fuese un poco como ellos, como humanizaron la enseñanza y como la cambiaron para cambiarnos a los alumnos.
¿Una sugerencia a las personas educadoras para innovar en educación?
Innovar en educación es disfrutar. Todo docente que disfrute de su trabajo y que lleve ganas de trabajar, conseguirá innovar. Debemos disfrutar el enorme trabajo que tenemos, la responsabilidad y el deber que conlleva educar. Si conseguimos vivir cada una de las horas en las que estemos en las aulas, si conseguimos que una pequeña idea crezca como un árbol cuando lo plantas, si transmitimos energía, esa energía ayudará a que el resto de emociones y acciones florezcan. Innovar no consiste en hacer mil cosas distintas, consiste en hacer cuna para que surjan ideas, acciones, novedades y llevar a cabo las reales, las que un aula o conjunto de aulas puede abarcar. Es mejor hacer poco y bien, que mucho y descontrolado.