Profesor en el área de ciencias (Matemáticas, Física-Química y Tecnología) del Seminario Menor de Ourense. Llegó a este centro hace cinco años, momento en el que se estaba implantando el método EBI, basado en la personalización de la enseñanza y con el objetivo que cada alumno desarrolle sus capacidades y adquiera un aprendizaje significativo. A partir de esto ha intentado crear proyectos duraderos y con continuidad que sean útiles para el centro o para toda la comunidad. Además, considera que el apoyo del equipo directivo a las metodologías innovadoras facilita mucho el trabajo.
¿Nos cuentas una vivencia que te influyó especialmente para innovar en tu forma de educar?
Cuando comencé como profesor una de las cosas que me llamaba mucho la atención era que todos los años el alumnado repetía los mismos trabajos, uno por evaluación, y que ninguno de ellos le tenía ningún aprecio a ese trabajo al terminar. Al acabar el curso preguntabas: ¿Quién se lleva los trabajos a casa? y allí se quedaban todos los trabajos hasta que al año siguiente los desmontábamos, reciclábamos lo que se podía y el resto iba a la basura. Me parecía algo bastante triste y que motivaba poco al alumnado.
Un día de esos de septiembre mientras desmontaba maquetas de casas y separaba las bombillas y cables me dije. «Algo hay que cambiar».
¿Nos cuentas una anécdota?
«A ver cuanto dura en pie…» y «Un padre que es arquitecto dice que se podría mejorar la estructura» fueron las primeras valoraciones a un grupo de 2º de Bachillerato tras un proyecto de un curso entero. Sucedió hace muchos años antes de llegar al Seminario, pero sigo riéndome cuando lo recuerdo por lo surrealista de la situación.
Los alumnos crearon el proyecto de cero: diseño, planos, llamaron a todos los aserraderos de la ciudad para comprar las maderas, midieron, cortaron para no desperdiciar nada y hasta hicieron unos cimientos «ecológicos» sin usar cemento (que encarecía), metiendo los postes de madera en tuberías de PVC. Incluso algunas tardes vinieron al colegio para realizar todo el montaje. A pesar de esas agradables opiniones cuando presentaron su obra, varios años después, pueden seguir sintiéndose orgullosos que su trabajo sigue en pie y al servicio del centro.
¿Una reflexión/cita/idea/persona inspiradora?
Cuando pienso en mis referentes a nivel educativo me vienen muchos nombres a la cabeza: mi padre, Victor, Jesús, Amadeo. Algunos profesores míos, otros compañeros, pero todos con una misma característica, la honestidad con el alumno. En mi opinión es una de las claves para poder llegarles y de esa forma poder influir en su educación, marcando unos valores. El objetivo del colegio es educar, y mi materia no va a ser siempre la más importante para los alumnos, pero los valores que transmito mientras la imparto puede que sí que lo sean.
¿Una sugerencia a las personas educadoras para innovar en educación?
No soy quien para dar consejos pero lo único que se me ocurre es animar a la gente a que inicie ese proyecto o metodología para el que se lleva poniendo excusas mucho tiempo. Atrévete, siempre estás a tiempo de volver a tu zona de confort, pero si no pruebas nunca sabrás lo que te estás perdiendo o si esa es la tecla mágica para que tus alumnos disfruten tu materia.