¡Vaya Tensión!

La tensión superficial es una de esas propiedades del agua que fascinan a adultos y niños desde el primer momento. Las fuerzas cohesivas entre las moléculas de un líquido se comparten con todas las vecinas. Sin embargo, en la superficie, al haber menos moléculas vecinas esta atracción es más fuerte y es denominada tensión superficial.

La tensión superficial nos rodea allá donde vamos, permitiéndonos ver las gotas de lluvia tal como las conocemos, las burbujas como esferas perfectas o la superficie del agua como medio de transporte.

Muchos de nosotros hemos realizado alguna experiencia sobre la tensión superficial del agua, como hacer flotar un clip o un muelle y lo hemos enlazado con la capacidad de algunos insectos de desplazarse por la superficie del agua ayudándose de la tensión superficial.

Creamos nuestro propio insecto

El zapatero Gerris lacustris tiene largas y delgadas patas que se extienden horizontalmente y se apoyan en la tensión superficial del agua. Otros insectos, a diferencia del Gerris lacustris, tienen patas más cortas y gruesas que apuntan hacia abajo y por tanto, les dificulta caminar sobre el agua.

En esta experiencia podemos crear, con materiales accesibles, nuestro propio insecto con sus tres pares de patas y al tiempo demostrar las ventajas de la tensión superficial en el reino animal.

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