CAST | GAL

Vixésimo terceira edición (2019-2020)

Adolescentes a la caza de microplásticos en Lugo

 

Premio Galicia en la 16.º edición de Voz Natura, curso 2012-2013. Meta conseguida. ¿A casa? Para nada. Ese no es el espíritu del profesor Miguel Leiva ni de sus alumnos del CPR Seminario Diocesano Sagrado Corazón de Lugo. Aquel premio fue, desde luego, un acicate para continuar con mucha más energía, y tan solo con leer la cantidad de actividades que desarrollan para eliminar plásticos y reciclar, cualquiera reconoce que son, en palabras que ahora se vuelven a utilizar entre la tropa adolescente, «una máquina».

«Levamos en Voz Natura dous decenios, e agora traballamos en dous eixos: conservar o feito e facer algo novo», empieza reflexionando Leiva. Un trabajo en el que participan los 34 alumnos del centro, aunque los de 2.º de Bachillerato van más a su aire porque tienen otra dinámica. El eje fundamental es el cuidado de la huerta solidaria que poseen en la aldea de Santa Comba, en el municipio de Lugo, donde para trabajarla han formado dos cooperativas competitivas entre sí. En ella hay, además, árboles frutales y un gallinero. ¿Negocio a la vista? «Non, para nada, nos somos solidarios e aínda que os produtos da horta van ao noso comedor, facemos doazóns a Cáritas e máis a un comedor social, sobre todo os ovos e máis cousas».

José Luis Castro, uno de los alumnos de 2.º de ESO (hay seis en ese curso) interviene para llamar la atención sobre lo que están haciendo en ese momento justo: reciclando papel. «¿Es lo primero qué lleváis a cabo?». «No, utilizando cartón también hicimos una casa de cartón en tres dimensiones con techo a dos aguas, y la tenemos de exposición».

Y además, con la profesora de Lengua y Literatura Española recuperan telas, con las cuales elaboran bolsas de pan y tableros para jugar («Ao tres en raia, á brisca, ao que sexa…»), y «así se usan menos plásticos».

Pero desde luego, si algunos alumnos no están encerrados, aquí están. «Hai uns días fixemos xeolocalización de microplásticos pola Muralla —dice en tono ciertamente algo enojado Miguel Leiva—, e sacamos máis de cen fotos de bolsas, pantalóns, luvas… ¡Parece mentira que a xente trate así a un patrimonio da humanidade!».