Llega el momento de recoger la cosecha de lo plantado hace meses
Quien siembra recoge. Y esa vuelta al cole en la que están inmersos todos los alumnos es una oportunidad perfecta para ello. Recoger la cosecha en los invernaderos es recoger el premio sembrado en el curso anterior. Es algo que los centros participantes en el programa Voz Natura (el 90% de ellos con huerto) conocen perfectamente.
En el CEIP de San Clodio (Lugo), por ejemplo han estado estos días haciendo esa recogida. Además de los niños también han participado las familias. Por su parte, el CEIP Xosé Manuel Folla Respino (Ourense) se marca como objetivos iniciarse en las tareas agrícolas de trabajo en el huerto y manipular elementos como la tierra, agua y las semillas proporcionando una experiencia enriquecedora. Con este proyecto, los alumnos podrán conocer los ciclos biológicos de las plantas y las estaciones además de reconocer y emplear las herramientas y útiles propios del trabajo en el huerto. Asimismo, al recoger la cosecha utilizan sus tomates, berenjenas, pimientos o lechugas para el comedor escolar.
Otro ejemplo destacable es el de del CRA de Teo (A Coruña). En esta escuela rural, los vecinos vigilan que ningún peregrino del Camino de Santiago tenga la tentación de llevarse una de las fresas cultivadas por los pequeños de Teo. Involucrar a las familias y vecinos es una costumbre de los centros que tienen huerto escolar para labores como regar, por ejemplo, que en verano se hacen más difíciles.
Al margen de los centros escolares, Voz Natura también colabora con la Asociación de lucha contra la droga Alborada (Pontevedra). Allí ofrecen cursos de iniciación a la agricultura ecológica para colectivos en riesgo de exclusión. Además de poder cosechar productos perecederos como frutas o verduras, necesarios para una buena alimentación y que normalmente no se pueden permitir sus usuarios, ofrecen la posibilidad de trabajar en un entorno terapéutico. Al contacto con la naturaleza, hay que sumar la proyección de futuro y de integrarse en algún proyecto de huerto urbano, que cada vez son más frecuentes en las diferentes ciudades gallegas.
En el CEIP de San Clodio (Lugo), por ejemplo han estado estos días haciendo esa recogida. Además de los niños también han participado las familias. Por su parte, el CEIP Xosé Manuel Folla Respino (Ourense) se marca como objetivos iniciarse en las tareas agrícolas de trabajo en el huerto y manipular elementos como la tierra, agua y las semillas proporcionando una experiencia enriquecedora. Con este proyecto, los alumnos podrán conocer los ciclos biológicos de las plantas y las estaciones además de reconocer y emplear las herramientas y útiles propios del trabajo en el huerto. Asimismo, al recoger la cosecha utilizan sus tomates, berenjenas, pimientos o lechugas para el comedor escolar.
Otro ejemplo destacable es el de del CRA de Teo (A Coruña). En esta escuela rural, los vecinos vigilan que ningún peregrino del Camino de Santiago tenga la tentación de llevarse una de las fresas cultivadas por los pequeños de Teo. Involucrar a las familias y vecinos es una costumbre de los centros que tienen huerto escolar para labores como regar, por ejemplo, que en verano se hacen más difíciles.
Al margen de los centros escolares, Voz Natura también colabora con la Asociación de lucha contra la droga Alborada (Pontevedra). Allí ofrecen cursos de iniciación a la agricultura ecológica para colectivos en riesgo de exclusión. Además de poder cosechar productos perecederos como frutas o verduras, necesarios para una buena alimentación y que normalmente no se pueden permitir sus usuarios, ofrecen la posibilidad de trabajar en un entorno terapéutico. Al contacto con la naturaleza, hay que sumar la proyección de futuro y de integrarse en algún proyecto de huerto urbano, que cada vez son más frecuentes en las diferentes ciudades gallegas.